¿Queres una manzana?

Imagine Ud. esta situación…………Anoche se acostó mas tarde que de costumbre, fueron amigos, cenaron y se quedaron charlando distendidos. Por la mañana se levanto algo pesado, un poco hinchado, con un ligero dolor estomacal y un leve tiron en la pierna derecha. Ud. lo atribuye al desajuste de anoche. Es obvio, ya no tiene 40 años, se toma una pastilla y se va a trabajar. El malestar se intensifica y se convierte en un dolor que se agrava con el paso del tiempo, a tal punto que ya le cuesta caminar. Regresa a su casa y duda del origen de tal estado. Su mujer lo nota mal y Ud. cree tener fiebre, se la mide y llega casi a 40°. Se asustan. Su esposa le sugiere ir al medico. Acepta y van. El medico clínico y amigo de toda la vida, no duda: "peritonitis", consecuencia de lo cual debe operarse. No es grave, pero hay que evitar que empeore. En definitiva se interna. Ya en la cama del policlínico conversa con su esposa y su amigo él medico, quien lo deja en manos del cirujano que simpáticamente, y para tranquilizarlo, se presenta mientras lee su historia clínica. Además de simpático, viste bien, sus manos impecablemente prolijas como su peinado, su cara suave y tostada por el sol, un buen reloj. A Ud. le parece un modelo de revista, pero es su cirujano. Con aire distendido, le palmea el hombro, guiña el ojo a su esposa y se va a preparar. Mientras hacen lo propio con Ud., le toman el pulso, la presion arterial, grupo sanguíneo, etc. etc.. Se despide de su esposa y entra a la sala de operaciones. Un par de horas mas tarde el cirujano le asegura a su esposa que la operación fue un éxito, Ud. no lo escucha porque recién se esta despertando, consecuencia de la anestesia apenas toma conciencia y la poca que tiene le cuesta mantenerla, así y toda logra darle la mano a su mujer y alcanza ver el dibujo de la sonrisa distendida en su cara. Ud. no entiende, un poco por dormido y otro poco porque cada vez se siente peor. Entra la enfermera, saluda cordialmente, le toma la fiebre y sale asustada. Regresa con un medico que luego de leer su historia clínica lo revisa y determina: "Peritonitis aguda, hay que operar urgente". Todo es lógico, a Ud. alguien, equivocadamente, le cambio su historia clínica y le acaban de extirpar sus órganos genitales. Ahora es una señorita transexual con una peritonitis aguda que hay que operar urgente.

Lo que sigue es fácil, noticias, diarios, televisión, notas internacionales y un juicio, en el cual Ud. debe demostrarle a la justicia, con fotos, que antes de la operación Ud. era todo un hombre. La justicia duda de las fotos, argumentando que la tecnología de hoy permite desfigurar cualquier cosa, así y todo gana. Se hace de unos cuantos miles, mientras espera que la ciencia lo restituya a su estado original.

…………Traslademos esta situación a un gobierno, a cualquiera. Es verdad que hay de todo, pero imagine uno………El cirujano anterior es ahora uno de nuestros prohombres, que se erigen como dirigentes con pretensiones de gobernar, su maquillaje proyecta una sombra de Don de gente que no tienen, ni convence a nadie, y que por el contrario la aprovechan los demás para venderles perfumes y así se ven mejor. Pretenden controlar nuestra manera de comunicarnos como forma de controlar nuestros pensamientos y actos. Hablan de transparencia y honradez, de ética y moral, de esfuerzo y trabajo y entonces uno se confunde porque hablan el mismo idioma que el desesperado. En el sub-mundo de esta intolerable falta de comunicación, se consolida un estado de conciencia que se solidifica a la sombra de lo que ellos ven como paz, se fortalece una intranquilidad contagiosa que empieza a emerger sólida y disimuladamente. Sus consecuencias insospechadas………Han jurado por Dios y por la patria gobernar con dignidad y capacidad. Y no lo dude, lo han hecho bien…….. Pero Ud. ya no es el mismo. ¿A quien hay que hacerle juicio?

Disculpe, pero mientras terminaba de escribir él titulo se me ocurrió este historia y me entusiasme en su redacción. De todas maneras podemos hablar de la manzana el año que viene. "La cosecha de manzanas nunca se acaba", dice una vieja canción. Y es obvio, mientras sigan existiendo inmigrantes que abandonan su terruño en paupérrimas provincias, que emigran a lejanas tierras con toda su familia, viajando amontonados y en lo que puedan, por un indigno salario, expuestos al sol mas fuerte, a esfuerzos y horas y horas de trabajo familiar incluyendo a sus hijos. Viviendo, en la mayoría de los casos, asinados en improvisados ranchos en medio de las chacras, sin baños, sin camas, sin luz. Regresando, después de meses de trabajo, tan pobres como llegaron……..Mientras nuestros pro-hombres sigan creyendo que la fruticultura, como tantas otras actividades, generan mano de obra y mantiene  a la gente ocupada, seguirá habiendo manzanas, y Ud. podrá esperar mi próximo cuento sobre ellas.

 

Ricardo A. Kleine Samson

Neuquen, 15 de febrero del 2000.