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Los cuentos de Ricardo A. Kleine Samson

¿Por qué no hay que desear a la mujer del prójimo?

Según lo declaraban mis novias de la adolescencia, yo era un romántico. Esta particularidad era para ellas una bendición. Y es verdad, no exageraban, me enamoraba perdidamente de ellas, no dejaba de estar un minuto a su lado, disfrutaba su ternura. Aclaro que no fueron muchas, solo 4. ¿Qué menos?. Tampoco fueron todas juntas, se fueron rotando, tanto como ellas me rotaron a mí.

Lo viviéramos como lo viviéramos cada uno, era un placer estar juntos, sentirnos, desearnos, contenernos, esperarnos, extrañarnos, besarnos, tocarnos, acariciarnos……No piense mal, le aseguro que no hice el amor con ninguna de ellas, Lo hubiese deseado, pero algo me lo impedía, algo aprendido y pudoroso. Algo ajeno a mí y a las circunstancias que lo hubiesen provocado. Una fuerza sin dudas poderosa, que por sobre todas las cosas nos niega el placer y sus consecuencias….¡En fin!.

El tiempo pasa,……..Madurar implica, entre otras cosas, regular las emociones, casi contenerlas, "Pies calientes, corazón frío", parece ser una sutil orden. Aunque se pretendan imponer, aquellas vivencias quedan en el recuerdo, como mirar fotos amarilleadas por el tiempo, como leer antiguas cartas de amor. ¿Ansiamos volver?.

El tiempo sigue pasando………Patricia, es hoy mi mujer, como desde hace 13 años, con ella tengo 5 hijas, y créanme hicimos el amor muchas mas veces, no recuerdo cuantas. ¿Habré vencido aquella poderosa y pudorosa fuerza adolescente?. Como casi todos los matrimonios pasamos por todas las instancias, encuentros y des-encuentros, hasta alcanzar una armoniosa monotonía, que con el tiempo aburre y pervierte, aniquila la dignidad cuestionada. Y es que creo que aunque no tengamos claro lo que pasa, algo suponemos. Tengo para mí que negarnos al placer, como una fuente inagotable de ternura y cariño, nos impide entablar ese dialogo interior, que aunque más no sea nos aclare algo de lo que intuimos, como noticias nada claras de un mundo lejano y misterioso que nos es propio y que en algún momento debemos abordar, sin llegar a la verdad absoluta, una parte de ella nos alcanza, nos aclara y tranquiliza. Nos familiariza y da luz a esos aspectos, que por oscuros, desconocemos y tememos, que a veces nos angustian o entristecen inclusive nos alegra sin saber la causa………..

Pocos años atrás comencé a sentir una curiosidad que voy a relatar:……Luego de los periódicos des-encuentros no podía irme a trabajar o hacer otra cosa sin estar bien con ella. Al menos volver a reanudar el dialogo en el mismo lugar en el que el des-encuentro lo había destrozado. En la medida en que esta necesidad fue más evidente fuimos dándonos mas tiempo para profundizar nuestros problemas, por lo que el dialogo fue una herramienta fundamental para empezar a sentirnos mejor sin dejar de exteriorizar nuestras cuestiones. Hemos ido para adelante y para atrás, y así todo avanzamos. Sin ser una meta fue una mutua necesidad, llegar al otro, comprenderlo nos ayuda a comprendernos. Comenzó a renacer una necesidad de necesitarse. Descubriendo que a pesar de haber vivido juntos, estuvimos en soledad. Hasta hoy han pasado muchas cosas y corroboro esa afirmación de que cuando uno ama crece. ¿Pero como se mide ese crecimiento?…….Creo que su mejor manifestación es la de prescindir del cariño ajeno, como alcanzar una autonomía amorosa, no privada de la alegría que nos provoca la alegría ajena, la dicha ajena. Aceptar al otro con la misma autonomía que la propia. Como un grado de consciencia mas elevado, desde el cual la vida ajena sea un motor de preocupación e inquietud. Amar no nos hace libres, por el contrario, siento que nos esclaviza a esa vieja idea que tenemos de el. No hay un concepto moderno del amor, pero en ultima instancia, dentro de ese paquete de sentimientos, algunos de los cuales no llegamos a identificar con claridad y que llamamos amor, debemos liberarnos de esa libertad…………Los bebes mamíferos, especie entre la que me considero, no pueden vivir sin la ternura maternal, sin embargo la madre puede prescindir de ese sentimiento, no dejara de vivir por eso. El cariño maternal hace feliz al bebe, sin embargo es esa felicidad del bebe lo que lo que alegra a la madre. Todo en la vida tiene sentido en esta instancia, al menos a mí me dan ganas de hacerle el amor a la vida. Contagiar esa alegría, colaborar a que cada uno la alcance, enrolarse en un esfuerzo común por superar el egoísmo, el dogmatismo, la ideología, el misterio y la fantasía, en busca de un destino común como especie amorosa he inteligente.

Siento que evocar esas emociones, desterrar esos sentimientos tan ocultos, en quien sabe que lugar del alma, me tranquiliza. Me pasa que en la medida en que esas sensaciones se aclaran, se aclara también el destino. Uno se convierte en un explorador, un investigador. A medida que la ciencia va comprendiendo los "misterios", comprende también su destino, se "familiariza" con la vida, destroza mitos, leyendas, verdades absolutas y se libera de su propia esclavitud.

Si hoy sabemos que el sol agotara su combustible nuclear en no más de 5000 millones de años, no es porque lo adivinamos, sino porque nos hemos acercado al origen del cosmos, esa insaciable curiosidad por encontrar el "Certificado de nacimiento" de la vida nos aclara el destino. El sol se enfriara, su desaparición alcanzara a la tierra y a otros planetas como a la Luna y Saturno, quizás, también a Marte…………. El descubrimiento de ciertas emociones verdaderamente estremece convicciones muy profundas he intimas……….

……….Patricia no usa porta ligas, no tiene siliconas ni cirugía estética, yo soy mas parecido a Charly García que a Kevin Kosner, porque no se trata de hacer el amor bajo las luces del show, se trata de sentirlo en su más humilde y amorosa condición.

………Solo por demostrar lo coherente que soy, voy a responder a la pregunta del titulo. Verán Uds. "Hecha la ley, hecha la trampa", los hombres no podemos desear a la mujer del prójimo, pero este mandamiento religioso no las priva a ellas de desearnos a nosotros, por eso es que no debemos desearlas, solo ellas están autorizadas a hacerlo. ¿Se habrán enterado?

 

 

Ricardo A. Kleine Samson

Neuquen, 11 de febrero del 2000

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