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Los cuentos de Ricardo A. Kleine Samson

Papá

…….es verdad, no lo discuto. Lo admito. Verdaderamente lo admito. Siempre me dio bronca. Me hubiese encantado que papá me llevara a su lado como a un amigo. Con su brazo sobre mi hombro. En un gesto de cordialidad y confianza, de compañerismo franco mas que de autoridad paterna. Pero ni una cosa ni la otra. Y no era que no tuviera hombro, por el contrario si hubo algo que siempre tuve muy sólidos fueron los hombros. Practicar rugby me había solidificado ambos miembros, un poco por las patadas que había recibido y otro poco por la gimnasia. Mas por las patadas.

Cuando veía a otros chicos acompañados por sus padres como a mí me gustaba me daba mucha bronca. A veces bajaba la cabeza por vergüenza. Los envidiaba, realmente los envidiaba. Yo siempre atrás, como empujando, como si no quisiera ir a ningún lado, como si hubiese que llevarlo a la fuerza, parecía llevar un paralítico. Y cuando iba delante se enojaba, decía que lo quería dejar. Salir con él era un martirio. De correr y jugar ni hablar. De ir al río, al mar o a una pileta, menos. Lo único que se podía hacer con él era hablar. Aunque tampoco nunca le dije la pena que me causaba ser hijo único. Siempre solo. Solo, solo. Si jugar con él estaba prohibido, pensar en un hermano era imposible. Mas de una vez me imagine decirle a mamá que tuviera un hijo con otro hombre, al menos una vez, no digo todos los años, porque además mamá era una mujer muy entusiasta, ella se prendía en todo, siempre dispuesta a colaborar, tan voluntariosa. Pero bueno, me calle la boca. Que lindo tener un hermano, como me hubiese gustado…..También es cierto y para ser justo, hay que admitir que la desgracia que sufrió papá hace unos años no ayudaba mucho a la situación. Recordarlo me pone mal, pero se lo voy a contar. Me pongo mal, verdaderamente mal. Si lloro ignóreme….. Ibamos los dos, papá y yo, él en su bici y yo en la mía. Unos días atrás papá le había sacado las rueditas chiquitas que evitaban que cayera. Aunque todavía algo torpe ya andaba bastante bien y casi no me caía. Andar en bici, y sin rueditas, era para mi todo un orgullo, me sentía verdaderamente libre y estaba feliz. Pero nunca imagine que ese día iba a terminar tan mal. Una desgracia. Y, ¿sabe culpa de que fue todo?….Del cigarrillo. Si, si, del cigarrillo. El cáncer, el edema…¿se dice edema no?…de pulmón, la impotencia sexual que dicen que trae son pavadas al lado de lo que le produjo a mi padre el cigarrillo. Para ser justos tampoco fue el cigarrillo, no le puedo echar toda la culpa al cigarrillo, en realidad fue el encendedor. Si, si, como lo escucha: el encendedor a gas. Ese pequeño adminículo fue el causal de la desgracia….Le sigo contando: Papá llevaba el encendedor en su bolsillo…., del pantalón me refiero, en su bolsillo izquierdo…..vio que dicen que los hombres llevan todo para el lado izquierdo……es decir, por ejemplo…como le puedo explicar….a mi me contaron, no se si será cierto, que los hombres. Los hombres hombres. A los machos me refiero, no a los maricones, acomodan su pito para la izquierda, o se les acomoda solo, perdón, se nos acomoda solo, es decir naturalmente se nos corre para la izquierda, espontáneamente, mientras que a los maricones, a los putos, los putos putos, lo tienen para la derecha…..bueno a mí me dijeron eso, que sé yo, ¿será algo genético, …protocolar?…mire bien y va a ver que es así. Bueno pero no importa, lo cierto es que papá llevaba el encendedor del lado de los machos, a la izquierda. Parece que el encendedor al tocar el fondo del bolsillo quedo acostado, en vez de parado, acostado, así, como este, ve, en vez de así, así,…acostado,…..con el pulsor del gas hacia abajo, hacia la pierna, …vio el botón que hay que apretar para que salga el gas, bueno ese botón quedo hacia abajo y para el lado de la pierna,…para el lado de adentro. ….Todo esto lo supimos después del accidente. Los resultados dieron eso, de otra manera hubiese sido imposible que le pasara lo que le paso. Por eso desde ese día me fijo bien como me queda el encendedor cuando me lo pongo en el bolsillo, no sea cosa que me pase lo mismo….Bueno resulta que mientras pedaleaba, se le fue haciendo un pliegue con la tela del bolsillo y ese pliegue, cada vez que levantaba la pierna para pedalear, le iba apretando el gatillo al encendedor y provocaba que saliera el gas del interior, y como el gas no podía salir porque la pierna le apretaba la tela,….¿se va imaginando lo que pasaba?….Entonces el gas quedaba comprimido en el bolsillo sin poder salir. Lo mismo que en el encendedor, pero en el bolsillo. Como la tela era gruesa tampoco entraba aire para ventilarlo….¿me va siguiendo no?…¿comprende lo que iba pasando?…..Por supuesto que nadie sabia nada, que se iba uno a imaginar algo así. Pero no hubiese pasado a mayores sino fuera porque papá sufría de una enfermedad que le impedía retener por mucho tiempo el orín. Cuando le venían ganas de hacer pis, inmediatamente tenia que hacer pis, estuviese donde estuviese, sino se hacia encima. Ya le había pasado varias veces. Mire como será que un día en el banco Citymoney, ahí en San Telmo, estabamos haciendo la cola para pagar unos impuestos y le vinieron ganas de mear, yo me di cuenta porque se puso muy nerviosos y empezó a levantar la pierna izquierda contra el estomago, igual que cuando le vienen ganas de mear a uno. Vio como se pone, que levanta la pierna, se agacha, se retuerce y se mueve mucho como espantando a los espíritus del orín, bueno así se puso él, re nervioso, miro para todos lados como buscando un lugar de urgencia y se metió de golpe en la casilla del vigilador. Vio esas casitas donde adentro hay un policía, que esta vigilando, que son todas de hierro duro con una ventana chiquitita. Bueno se metió hay adentro y se armo un quilombo terrible. Yo me imaginaba que mi viejo estaba re nerviosos, porque no era de hacer esas cosas, pero bueno la desesperación….cuando uno esta desesperado hace cualquier cosa, pero el policía no lo entendió y lo agarro por el cuello con su brazo izquierdo y con su brazo derecho le retorció el brazo izquierdo de manera que mi padre quedo de espaldas al policía. El policía, entonces, lo empujo hacia uno de los laterales de la casilla para inmovilizarlo, para esto mi padre ya tenia el pito afuera para mearle la caseta, lo tenia reduro, vio cuando uno esta desesperado por mear como se le pone el pito, y justo, mire lo que son las cosas, se le metió el pito en el agujero ese que hay para que el cana meta la pistola, …¿vio ese agujero que hay?….Que hay uno en cada lado, y que el cana en caso de robo mete la pistola ay y le dispara a los ladrones desde adentro, bueno justo ay le quedo la pistola de mi pap……perdón, el pito de papá. Calzo justo, si lo quiere hacer no le sale tan bien. Perfecto, quedo perfecto. Yo lo cuento y me rió, pero no sabe lo feo que fue vivirlo Un pedasito del pito le quedo afuera, desde afuera se veía. Lo veíamos todos. La cara apretada contra el vidrio de la ventanita,….Igual que cuando uno hace morisquetas contra el vidrio. La nariz comprimida parecía un morron. Bueno así quedo papá, parecía un payaso. De repente entro a salir el pis, porque además el cana le apretaba la panza contra la pared, con mas razón no iba a aguantar. Pobre papá, que momento….Con tanta mala suerte que pasaba por allí una señora vendiendo pastelitos porque eran como las 10 de la mañana, hora en que los empleados toman su refrigerio…..Bueno, le meo todos los pastelitos. ¡¡Todos los pastelitos!!. No pudo vender ninguno. ¿Quién le va a comprar pastelitos meados?…..después se armo un despelote terrible, vino la cana, el patrullero, los clientes del banco estaban re nerviosos, no tanto por que les vaya a robar, temían que los meara, porque vio que ese agujero es direccional, uno puede apuntar para cualquier lado, para arriba, para abajo, para el lado que quiera. Así que todo la gente se escondió por donde pudo. Fue un momento de mierda. Pero bueno, al final la cosa se tranquilizo, mi viejo les explico que era una enfermedad, que no podía hacer nada, pidió disculpas y lo entendieron. Le pagamos los pastelitos a la vieja y nos fuimos…..No me olvido mas de ese día……..¿Por donde íbamos….?…..Ah, si, si…..de repente veo que mi viejo encara para una árbol, yo me imaginaba que le vinieron ganas de mear, así que pedaleo y pedaleo cada vez mas fuerte, se tiro de la bici, se paro contra el árbol y cuando abrió el cierre de la bragueta se ve que el cierre hizo una chispita, insignificante, casi imperceptible, pero bueno así pasan las desgracias. Parece que esta chispa provoco la explosión del gas que se había concentrado en el bolsillo…..Y bueno. No sabe lo que fue, yo sentí una explosión y no lo podía creer, mi viejo pega un grito y cae tirado de espaldas. Me tire de la bici y corrí desesperado. Estaba lleno de sangre, del pito le brotaba mas sangre todavía, como una canilla, yo en principio, angustiado como estaba, creía que era pis, pis rojo. Después, cuando empece e ver bien, vi que le faltaban las manos y no tenia el pito, le faltaba,…le faltaba el pito y las manos. No tenia manos, ninguna de las dos…..Le dije: ¡¡Papá, papá!!….pero no me respondía, yo pense que estaba muerto, le toque la cara y empezó a venir gente y gente, llego un policía y ¿adivine quien era?…..el de la caseta, el del banco, ese mismo, me reconoció enseguida y me puse a llorar, enseguida llamo a una ambulancia con su radio, no me olvido mas como la llamaba, le pedía por la radio: ¡¡Urgente, una ambulancia, hay un despenado en el parque Lezama!!..¡¡Es urgente, es urgente!!…repetía….Lo de despenado lo decía por lo del pene, no por la pena, si había algo que tenia papá era pena, y no se imagina la pena que es no tener pene, ni pene ni manos. Bueno, en definitiva lo internaron, a mí me llevaron en un patrullero, después vino mamá. Y bueno papá se quedo sin sus manos, sin el pito y nunca mas volvió a mover la cadera, quedo en una silla de ruedas, postrado…..Postrado para siempre. No pudieron injertarle nada, es mas yo después de una horas volví al árbol con mamá, a ver si estaban sus miembros, a contarle como fueron la cosas. Las manos no las encontré, las vi años después en la vidriera de un negocio de guantes, las usaban como muestrario….me dio pena reclamarlas. Las reconocí por un lunar, era inconfundible. Pero el pito estaba, estaba estampillado en el árbol. Aplastado como una calcomanía, para colmo había adoptado las caprichosas formas de la corteza, era un viejo Fresno, si fuese un Abedul hubiera sido mas fácil, la corteza es mas lisita vio. Pero bueno, como pude lo saque, lo despegue de a poquito, me dio impresión, pero lo saque. Lo dejamos secar y lo guardamos de recuerdo, por papá, lo hicimos por papá, lo pusimos en un libro, en las hojas de un libro, vio como cuando se ponen flores para secar, bueno así lo guardamos, Aquí esta, en este libro, mire, se lo muestro…….

 

 

 

Ricardo A. Kleine Samson

Neuquén, 24 de agosto de 2001

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